lunes, 20 de diciembre de 2010

UN HILO DE MÍ SE QUEDÓ EN TI


Dedicado a mis queridos y dulces músicos de Ritmo Rancio


Un hilo de mí se quedó en ti
un hilo quedo,
irascible al principio,
de rostro ajeno


Sigfried Zademack



un hilo perduró allá
en el iris del nervio,

oculto,
solapado,
subrepticio,
malhadado,
tejedor,
chirriante,
crepuscular,
cementerio.


Vincent Desiderio

Un hilo pululando al aire
que se instaló en ti
como piel robotizada.

Un hilo se me quedó en ti.
Una costura perdí yo de mí
que se me fue
irremediable, esquiva.


Vincent Desiderio


Un hilo mío se fue internando en ti,
un tejido que me habías quitado
o algo que yo te di,
no sé.






Sigfried Zademack


Mi entrega no generosa
no altruista,
no premeditada,
se te instaló
irremediable,
glotona,

Vincent Desiderio


chupóptera,
pinzadora,
ahuecadora,
mitológica,
saturnina,
Escila y Caribdis
de tus costados.
¡ay qué pena de carne
destruida!



Vincent Desiderio




Te poseyó
como hormiga de árbol
como rémora en ballena,

parásito infiltrado
en caparazón
y aun

más allá de la vida
más allá.


Mary Jane Ansell




Un hilo de mí quedó en ti,
una costura de mí, para siempre,
más allá de la vida,
más allá.






Sigfried Zademack


...


lunes, 13 de diciembre de 2010

NO HAY EXTENSIÓN MÁS GRANDE QUE MI HERIDA (Miguel Hernández)



Desde otro granadino. Descansa en paz, Maestro.


No te conoce el toro ni la higuera,
ni caballos ni hormigas de tu casa.
No te conoce el niño ni la tarde
porque te has muerto para siempre. 

Ilustración de Lorca para el teatro

 
No te conoce el lomo de la piedra
ni el raso negro donde te destrozas.
No te conoce tu recuerdo mudo
porque te has muerto para siempre.

El otoño vendrá con caracolas,
uva de niebla y monjes agrupados,
pero nadie querrá mirar tus ojos
porque te has muerto para siempre.

Porque te has muerto para siempre,
como todos los muertos de la Tierra,
como todos los muertos que se olvidan
en un montón de perros apagados.







Federico García Lorca



No te conoce nadie. No. Pero yo te canto.
Yo canto para luego tu perfil y tu gracia.
La madurez insigne de tu conocimiento.
Tu apetencia de muerte y el gusto de tu boca.
La tristeza que tuvo tu valiente alegría.
Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace,
un andaluz tan claro, tan rico de aventura.
Yo canto su elegancia con palabras que gimen
y recuerdo una brisa triste por los olivos.

Llanto por Ignacio Sánchez Mejías de Federico García Lorca






Miguel de Cervantes
El 19 de abril de 1616, un día después de recibir los Santos Sacramentos, Cervantes le dirige la siguiente carta  al conde de Lemos:
Aquellas coplas antiguas, que fueron en su tiempo celebradas, que comienzan: Puesto ya el pie en el estribo, quisiera yo no vinieran tan a pelo en esta mi epístola, porque casi con las mismas palabras la puedo comenzar, diciendo: Puesto ya el pie en el estribo / Con las ansias de la muerte, / Gran señor, ésta te escribo. Ayer me dieron la Extremaunción, y hoy escribo ésta. El tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan, y con todo esto, llevo la ida sobre el deseo que tengo de vivir, y quisiera yo ponerle coto hasta besar los pies a vuesa Excelencia; que podría ser fuese tanto el contento de ver a vuesa Excelencia bueno en España, que me volviese a dar la vida. Pero si está decretado que la haya de perder, cúmplase la voluntad de los cielos, por lo menos sepa vuesa Excelencia este mi deseo.

El gran Enrique Morente le puso ritmo a esta dedicatoria al Conde de Lemos con un resultado extraordinario. La carta hecha canción la incluye Morente en su película documental: Morente sueña La Alhambra, dirigida por José Sánchez Montes.
He aquí el trailer:



También hiciste poesía de la poesía con la Elegía a Ramón Sije de Miguel Hernández:







Picasso
Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de mis flores
pajareará tu alma colmenera
.
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
.
A las aladas almas de las rosas...                            
de almendro de nata te requiero,                                           
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.


Miguel Hernández


María Zambrano
Pedro Garfias















Luis Cernuda
Gustavo Adolfo Bécquer
Manuel de Falla
Bernarda de Utrera



                                                            


"No perdono a la muerte enamorada" (M. Hernández)



Poetas de la Generación del 27

Pero que bien acompañado te vas, Maestro. Ya te pueden amar los poetas.
Descansa en paz, Enrique Morente


martes, 7 de diciembre de 2010

YA NO ME ENFADO CON DIOS

Gasté los versos salvajes,
las imprecaciones a Dios
y a los demonios.




Jaroslaw Kukowski


 Me cansé de llamar
al de la Guarda
y de gritarle a la cara
que no existe,
¡que no, que no!





Jaroslaw Kukowski

Ya no me enfado con Dios
ya no le odio,
 ya sé que no existe
y tampoco le odio por ello.
 Muñeca maldita,
solo tronco sin brazos
blanco sello de la muerte.



 Jaroslaw Kukowski


Ya operé mis quemaduras
maldecir a Satanás
los sapos de Anita Ozores,
los cerrojos de las puertas
del Infierno ceden
qué le voy a hacer,
pero yo los condené,
condenados demonios.



 

Jaroslaw Kukowski


Volví a Dante
y a los círculos concéntricos
y resultó ser verdad
que el Infierno es repetición.





Jaroslaw Kukowski


Me sonaba Salinas a cuero crudo
y Juan Gelman a estrellas
de otro universo.

Me cansé de invocar llamas,
mi pobre libido se ahorcó
desesperada una noche.




Jaroslaw Kukowski


Y ahora que se me han gastado
los nombres
los rostros
y el cansancio
cansado de estar cansado...
apareces tú,
y no eres ente
de exitosa sesión espiritista




Jared Joslin


pues,
dime, carita de no haber roto un plato:

¿qué demonios escribiré para ti?





















Jared Joslin





Firmado: Elena Pascual.

De  Escala de nubes Celsius


...

domingo, 7 de noviembre de 2010

HOY SOY PANTERA

Mary Jane Ansell






Hoy enloquecen
todos los quarks
de mi cuerpo,
los mesones son átomos
erectos,
se remueven convulsos
y excitados
y buscan en tus ojos la respuesta.


Jared Joslin






Hoy soy pantera negra,
punzante, como picador
de hielo en el vaso
colmado de alcohol
y de deseo.


Jared Joslin




Mis patas delanteras forman
una figura interrogante,
que se proclama
sinuosa
y te derrama
flores de un añil desconocido.
Mis pasos dejan un aura
de almizcle, de carne crujiente
y desgarrada.
Hoy mis uñas se clavaran
en la carne
y rasgaran la piel satinada
de tu luz.



Di Vogo






La mirada felina que me absorbe,
corrompe mi sentir,
y ya no es sentimiento
es instinto fanático
y feroz.


Bruno Di Maio


Te consumo,
te devoro,
me alimento
de tu cuerpo y de
tu alma.


Bruno Di Maio






Te poseo, reverbero
de tu voz
y te desgasto.
Mi cuerpo te sacude
molesto por tu temblor
y tu armadura.



Miguel Tío






Vamos, álzate, combate,
hoy soy fiera exaltada
y desbordante,
no dejes que
tus átomos se mueran
sin entender
el fatal devenir
de nuestras vidas.


Zademack






De Escala Fahrenheit de leucocitos, Elena Pascual


  •  

sábado, 18 de septiembre de 2010

HUBO UN DÍA

...



Thomas Mainardi




Será todo el recuerdo

un hecho aislado,

una remebranza

extraña,

fatalista,

imaginaria,…

pero hubo un día



Marcelo Pizzolo



y fue un día cálido,

qué pena,

un día húmedo de brisa

y de lamentos,

de visiones lejanas

y ojos ajenos.



Libby Primmer





Un día

en que me rajaste

la piel

y me operaste,

tan moderno,

así, sin anestesia,

“No hace falta,

¿para qué?,

se llama laparoscopia”,

-insistías

tanto,



Iglessias




y cogiste el bisturí

y abriste carne,

así, sencillamente,

como si no fuera nadie,

como si no fueran células

mis mariposas,

como si no fueran pétalos,

como si no hubiera llevado

flores dentro,

como si no tuviera soles

en mis senos.



Aktrice Edith Egger




Y me oíste desangrarme,

¡no lo niegues!

resbalaste,

caías

en las vísceras

mancilladas,

violentadas,


Odilon Redon




qué poco te importó,

¿verdad, mi bien?

cirujano del demonio,

ignorante Lucífer,



Zdzislaw Beksinski




Fuisté tú

el artífice del mal

y aquel día,

sin saberlo,

tú también

moriste un poco.




Umeko Okano





Y ahora ¿de qué te vas

a alimentar

si ya no existo?




Aktrice Edith Egger







...

viernes, 2 de julio de 2010

NATÀLIA SENMARTÍ TARRAGÓ: UNA JOYA DE ESCRITORA Y DE MUJER

EL MUNDO DE LOS BLOGS VUELVE A PROPORCIONARME UNA DE LAS EXPERIENCIAS MÁS MARAVILLOSAS QUE PUEDA VIVIR.






He tenido la suerte de conocer a una de las autoras más grandes de la literatura contemporánea:










Hitchcock (no me olvido de Los pájaros, que pasarán a ser tus pájaros, desde ahora siempre Los pájaros serán Natalia, ¿me permites parafrasearte? Yo compartía Vértigo con Ferran), Orson Welles ... tantos.
Allí estuvieron los Clásicos antiguos y modernos: Suetonio, Horacio, Virgilio, Isabel Romana,
Antonio Martín Ortiz, ¿cómo iban a faltar Quinto, Crisanto, Xarina, como hijos de su creadora?

GRACIAS A DOS PERSONAS MARAVILLOSAS:

NATALÍ Y FERRAN POR UNA NOCHE MÁGICA







Kris Lewis






No es fácil volver de un viaje montada en la máquina del tiempo, dejando atrás aquellos perfumes a yodo y las estatuas, la sonrisa y la lágrima del joven. Abandonar el reflejo de un poder muy grande, bello y disciplinado. No es fácil pero es necesario, dejar que Eros actue como si de verdad existiera.




Aron Wiesenfeld



El mensajero llegó antes del atardecer, calado por el chubasco, a lomos de un caballo de la Legión. Traía una carta que entregó a Quinto sin mirarle a los ojos, únicamente pronunció dos o tres palabras a modo de saludo y, enseguida, tras echarse al coleto un sorbo de vino tibio, montó de nuevo. Xarina lo miraba con la mano crispada en el collar de caracolas, tomándole por una aparición nefasta que ansiaba subir la cuesta a toda prisa, arrancando matojos de pasto con los cascos del potro. Se desvaneció entre castaños y la bruma perezosa nacida de los helechos.
Al volverse vio que Quinto leía con avidez y su hermoso semblante, de súbito, dibujó una expresión de estupor, con la cabeza decía que no, con el puño golpeaba la mesa y la jarra estalló contra el suelo. Aquel vino tiñó la madera de un color sanguíneo. Releía y negaba, Xarina se acercó rodeándole la cintura con sus brazos.



Jillian Tamaki



“...ocurrió a finales del mes de Marte, ese tenía que ser. ¡Hijo mío! desvarío, no soy yo, nunca más seré el mismo. Les sorprendieron en una emboscada y los mataron a todos, hallaron sus cuerpos desnudos y desangrados...”




Bruno di Maio


A Quinto le sobrevenía una alucinación; en aquella pesadilla, meses atrás, se vio muerto y desangrado, fue tan real que entonces abrió los ojos de golpe. Ahora lo sabía, no era él, era su hermano Secundo. “Dicen que a veces soñamos la muerte, la nuestra o la de otros”



Yo Coquelin


Eso pensaba y las lágrimas mojaban su rostro sin que lo advirtiera, a duras penas podía seguir leyendo.

(De Bajos los auspicios del V)


Kris Lewis



No le costó levantarla y cargándola en sus brazos la llevó al porche, la brisa balanceaba ligeramente el ciprés joven y orgulloso. __ Sabes que el día que volví de la guerra estuve aquí, mirando a ese árbol. Ahora admito que, de alguna manera, te presentí ¿Tiene que ver con el poder de la diosa o de verdad eres una bruja?



Mary Jane Ansell



Reposaba la cabeza en el pecho de Quinto, soportando el insufrible temor a perderlo. Al notar su respiración, la fragancia y la tibieza de su piel, Xarina creyó morir o perder el sentido. __ Lo dejaste escrito y yo quise estar a tu lado cuando regresabas del horror deprimido y confuso__ él le besó la nuca, donde le nacía el cabello. __ A mi lado estarás, tocándome, no inventándome, tú decides.

Di Vogo


Juntos escribiremos el libro perfecto con final feliz, para eso somos soñadores de palabras, ese poder tenemos. El viaje hacia donde termina la tierra será pronto, la gata de nombre gata vendrá conmigo. La mirada azul de Quinto, nítida, desprovista de iras de preguntas y de resentimientos, saludaba a los ojos de Xarina; el mismo tono del néctar fabricado con romero y flores, derritiéndose. __Vayas donde vayas, llévame Quinto. __ ¿Y si es al fin del mundo? __ ella asentía.


Colette Calascione


Se tendieron en la cama. Primero Quinto ejerció una posesión apremiante, furiosa y casi violenta. Después en una pausa premeditada, se admiraron mutuamente: espléndido, jadeante, juvenil espectáculo.


Yo Coquelin


Luego vinieron las caricias más sutiles e intensas a modo de aceptación deleitosa.



Mary Jane Ansell

(De Bajo los auspicios del V)


Entonces la vio a ella, acariciaba una yegua con la punta de los dedos; el hocico, entre los ojos. Las bestias siempre la aceptaban como especial y amiga, poseía ese don y, tantos otros, para Crisanto era su alegría y su luz. - Padre…ven con nosotras a bañarte el agua está caliente- agitaba una mano parecida a un pajarillo de plumas finas.


Mark Ryden


Ya no le provocan rabia los dioses, ni aquella furia juvenil que le invadía antes o después de la batalla, dudando, insultándolos, para arrepentirse, lleno de temor visceral. Simplemente no existían y al menos en ese asunto, estaba tranquilo, no más incienso, flores, vino, aceite, ni sacrificios, bailes y oraciones destinadas al vacío. Cuando danzaba en la playa, al amanecer o bajo la luna, borracho o despejado, lo hacía para sí mismo y para Kritia.



Mark Ryden



El cabello se lo peinaron las unas a las otras formando trenzas; diez, doce o quince hasta la cintura, húmedas todavía. Después se quedaron sentadas de cara al mar con los pies lamiendo las olas que suspiraban.



Yo Coquelin


Crisanto las contemplaba sin acabar de creer que aquel espectáculo sencillo, gratuito y prodigioso fuera cierto. Lo aceptaba y lo perseguía, a poder ser, cada mediodía, convertido en un regalo que siempre es distinto. Esta belleza auténtica y pura podía llegar a dolerle en el corazón. Se tendió boca arriba con las manos en la nuca, respiraba profundamente y dejaba escapar el aire a través de la nariz, moviendo el pecho y el vientre.

(De La paz de Troya)


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